Además de los placeres sensoriales de cocinar al aire libre, también hay que considerar beneficios prácticos. Cocinar al aire libre nos permite evitar calentar nuestros hogares durante los calurosos meses de verano, ahorra costos de energía y reduce nuestra dependencia de alimentos procesados y preenvasados. Al dominar el arte de cocinar al aire libre, no sólo podemos disfrutar de comidas deliciosas en un entorno hermoso, sino también reducir nuestro impacto ambiental y vivir de manera más sostenible.
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